María Guadalupe Macías

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“Soy fundadora de una repostería que se caracteriza por tener recetas tradicionales y sabores caseros pero con una presentación un poco más gourmet. Este negocio lo inicié en un momento de una crisis existencial. Nací aquí en Tepic pero me fui cuando tenía un año y medio. Mis papás, por cuestiones laborales, tuvieron que irse a vivir a Sonora. Yo nunca dejé de venir a Tepic, todas las vacaciones me la pasaba acá. Toda la familia de mi papá es de Tepic y la de mi mamá también, de Santiago y de Tepic. Cuando decidí estudiar gastronomía me fui a Guadalajara. Después me fui a vivir a Vallarta, a la hotelería. A pesar de ya haber estudiado gastronomía, empecé a trabajar en turismo y me gustó el área, creí que por ahí debía ir mi vida laboral. Veintiún años, te ofrecen trabajo en Vallarta, quién dice que no a eso. Después de tres años de vivir en Vallarta me regresé a Tepic, no tenía trabajo ni nada que hacer. No sabía qué iba a hacer, pero cuando estás destinada a hacer algo yo creo que Dios y la vida te ponen en el camino correcto. A pesar de haber estudiado gastronomía, no me imaginaba que iba a tener un negocio como el que tengo en este momento. En esa crisis empecé a hacer pasteles. Una amiga me pidió hacerle un pastel para el cumpleaños de su hijo. De esas veces que te echas la bendición, empecé a hacer la receta y se lo regalé. Resulta que a la gente que fue al cumpleaños en su casa le gustó. Me fueron recomendando entre sus amistades y después me fui a tomar unos cursos ya más especializados en decoración. Fui a varios restaurantes a ofrecer mis pasteles y me fue muy bien. Casi toda mi familia vive aquí pero mis papás no, hubo un tiempo que yo viví en casa de mi tía. Empecé en la cocina de su casa, ella es muy buena repostera y me dio varios tips. Ahí duré como dos años, ya que la demanda empezó a ser un poquito más me fui con otra tía. Me prestó un cuartito y compré un horno, compré mesas de trabajo, un microondas y una estufita de dos hornillas. Era un cuartito de tres por cuatro, muy pequeño todavía pero para mí ya era un gran avance, pude aumentar la producción y tuve a mi primer empleado ahí. Seguí surtiendo a restaurantes y a los clientes que llegaban. Me di a conocer y después de dos años decidí montar un punto de venta ya con servicio al público. Me gustó un local y me animé, la inversión ya no fue tanta porque me llevé la cocinita que ya tenía. Yo creo que el inició no fue tan pesado porque ya tenía a mis clientes de antes y a los restaurantes. El reto es consolidar el negocio aquí en Tepic y podernos expandir en el estado o un poquito más. Este año abrimos otra sucursal. Ahorita somos trece personas las que trabajamos aquí. Estoy muy orgullosa de tener un negocio y generar empleos para la gente de aquí, es una motivación para crecer. Este negocio tiene mucha proyección y eso incluye al personal.”

María Guadalupe Macías, 35 años.
Emprendedora
Ella es #nayaritadelcentenario
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