Carlos Armas

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“Provengo de una familia humilde en la que nos enseñaron a trabajar por lo que queremos y nunca rendirnos. Inicié a los seis años a practicar lima lama porque me diagnosticaron que era muy hiperactivo y era una forma de canalizar esa energía de más. Llegué a la cinta negra a los doce años, pero mi maestro se cambió de ciudad y yo tuve que cambiar de deporte. Empecé a jugar fútbol, jugué de portero un año, y después practiqué deportes de artes marciales más que nada. A los catorce años hubo visorias de talento en mi secundaria por parte del gobierno. Nos hicieron siete pruebas para ser exactos en las que le gané a toda la secundaria a pesar de estar gordito. Un cubano llegó y me dijo que me querían para la lucha. Al día siguiente, como no fui a entrenar, fueron a mi secundaria a buscarme. Me llevaron casi a la fuerza a entrenar, pero después le agarré amor al deporte. Al mes y medio de entrenar, me gané mi primera medalla de plata a nivel nacional y ahí empezó mi carrera, es lo que tengo sin bajarme del podio. Creo que destaqué por el apoyo que me han dado mis entrenadores. Me lesioné en un combate, en una caída se me afectaron el ligamento y rótula. De diez doctores, nueve me dijeron que necesitaba cirugía y que ya no iba a poder competir. Un doctor del deporte, muy bueno, me ayudó a competir sin necesidad de la cirugía. Para eso tuve que pasar una muy dolorosa recuperación. A pesar de mi lesión, mi actual entrenador creyó en mí y gracias a él estoy de vuelta. Actualmente soy estudiante de la UAN y subcampeón nacional en la categoría de los 130 kilos en lucha olímpica. “

Carlos Armas, 24 años.
Deportista
Él es #nayaritadelcentenario
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